En el top 5 de mis especialidades regionales favoritas, reina el rey del verano; yo nombré Melón del Alto Poitou. Orgulloso de su reconocimiento por el sello IGP (Indicación Geográfica Protegida), tenía muchas ganas de saber más, sobre todo porque supe que un tercio de las granjas están situadas en Grand Châtellerault.
¡Qué mejor que una visita a un productor para comprender por qué este tesoro local tiene tanto éxito!
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Bienvenidos a los melones “Corazón de Viena”
Un productor, sí, pero no un productor cualquiera, ya que es el nuevo presidente de la Académie des Maîtres du Haut-Poitou. Asociado con Alexandre Hénault, Tony Thibault dirige la SCEA Les Noisetiers de Thuré. Los dos agricultores empezaron como empleados y compañeros en esta finca que cultiva melones desde finales de los años 90.
En julio de 2009, los dos hombres se hicieron cargo de la finca. Hoy en día cultivan 60 hectáreas de melón en agricultura convencional, 7 hectáreas de melón ecológico, 2 hectáreas de calabaza ecológica y 1 hectárea de sandía ecológica.
Muy dinámico, el dúo reúne garantías de calidad y respeto por el medio ambiente. Así, además de la etiqueta AB y la IGP de Alto Poitou, su producción lleva los sellos Bee Friendly (amigos de las abejas), ZRP (Zero Pesticide Residue), Agroecología y GLOBALG.AP (trazabilidad y normas de seguridad alimentaria).
Centrarse en la etiqueta "Melon du Haut-Poitou"
En Les Noisetiers, Alexandre y Tony me presentan a Camille Raimbault, anfitriona y responsable de calidad del sindicato de productores de melón de Haut-Poitou. Con pasión, la joven me describe las características de esta variedad.
"Siempre encontramos un color naranja fuerte, un olor y aromas en boca muy presentes y desarrollados, una pulpa firme y fundente y un nivel de azúcar superior a los 12 grados Brix."
Me impresionan las especificaciones que deben respetar los miembros. Cada jueves de verano, como parte de los controles de Calidad, la Academia de Maestros del Alto Poitou se reúne para degustar a ciegas diferentes variedades. Para que uno de ellos sea IGPable debe estar validado dos años seguidos. Estos profesionales están constantemente inmersos en la búsqueda de nuevos gustos.
Del suelo al plato
Antes de mostrarme la granja, Alexandre y Tony me explican las diferentes etapas del cultivo del melón Charentais amarillo. Cada semana, desde principios de marzo hasta principios de junio, es el período de siembra, junto con el trabajo en el campo. A principios de abril se inician las siembras semanales hasta finales de junio.
« Cuanto más largos y cálidos sean los días, más cortos serán los tiempos de cultivo. », especifica Alejandro. En junio llega el momento de los descubrimientos y aperturas en los túneles. para crear un equilibrio entre hojas y raíces ". Desde finales de junio hasta finales de septiembre el fruto madura.
Tony se ofrece a acompañarlo a una parcela en Saint-Gervais-les-Trois-Clochers, donde los temporeros recogen a mano, bajo el rocío de la mañana, para un almacenamiento más prolongado. El trabajo es metódico, hilera por hilera, junto al tractor que recibe las pepitas en contenedores. Los productos vitamínicos llegarán rápidamente a la estación de calibración.
En temporada alta trabajan hasta 80 personas en el campo y en el almacén.
En el camino, Tony me muestra con orgullo las tierras donde florecen los melones orgánicos. Estamos al pie de Castillo de la Plante : ¡la vista del monumento es impresionante!
De vuelta en Thuré, Alexandre se hace cargo para ilustrarme sobre el condicionamiento.
Recién recolectados, los melones se cepillan primero en una máquina. Si llueve, los frutos se lavan y se secan. Luego, un empleado se encarga de un paso crucial: la clasificación. Las piezas dañadas se descartan y aquellas con defectos de apariencia se venden como segunda opción. Los demás continúan su recorrido por la cadena, donde una inteligente balanza electrónica permite clasificar los melones por tamaño. Otro empleado se encarga del etiquetado.
Para saber más te invito a ver vídeos, desde la plántula hasta la distribución, publicado en línea por el sindicato.
Luego, el rey del verano llega a los distribuidores de toda Francia gracias a Priorato de la inmersión, o venta directa. Localmente, puedes comprar melones en Noisetiers en el Quesería PetitSigne en Oyré, en la tienda agrícola de Antoigné (La Fouchardière) y en Châtellerault en varios establecimientos.
Y por supuesto en la tienda de la granja Thuré. En el lugar podrá elegir entre todas las variedades cultivadas. En cuanto al “Haut-Poitou Premium”, Camille me dice que el final del verano es el mejor momento para disfrutarlo en su máxima expresión.
En la tienda, los melones se codean con sandías, pepinos, tomates, calabacines y productos lácteos. Pré Joly, Pineau, zumo de uva, patatas… Sin olvidar las calabazas y las nueces en septiembre.
¡Me voy con los brazos llenos de comida, muy apreciada por el resto de la familia esa noche!
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